La navaja suiza de la contratación en las Alcaldías Locales

Durante el mismo periodo de tiempo, una misma persona con dos cargos diferentes
Desde 2019, la concejala María Fernanda Rojas ha denunciado que el señor Carlos Alberto Pinzón Molina tiene acaparada la contratación en las alcaldías locales de Bogotá, tan solo en esta administración ha suscrito más de 40 contratos con una cifra de más de 18 mil millones de pesos.
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A través de diferentes jugadas el señor Pinzón ha logrado la adjudicación de varios contratos en las alcaldías locales, a través de la expedición de certificados de experiencia ajustados a cada uno de los procesos contractuales. La concejala denuncia que, en diferentes contratos aparecen certificaciones de una misma persona, durante un mismo periodo de tiempo, con cargos diferentes, las empresas del grupo se certifican experiencia unas a otras, lo que les facilita ganar contratos, sin que se investigue suficientemente la veracidad de esas certificaciones.
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Uno de los casos que más llama la atención es el de Deyanira Lorena Inchima Chantré quien aparece en un documento como socia de Carlos Alberto Pinzón para un contrato con la localidad de Rafael Uribe Uribe y al mismo tiempo la señora Deyanira supervisora de un contrato del señor Pinzón, en la localidad de Engativá.
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Así como la señora Deyanira, el señor Pinzón Molina suele trabajar con mujeres que al parecer usa de fachada para salir favorecido en contratos. Por ejemplo, encontramos un caso en el que se puntuaba mejor a una empresa que fuera propiedad de una madre cabeza de familia y se la ganó la expareja de Molina.
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El señor Pinzón figura dentro de las fundaciones FUNINDER, FUNVIVIR, HOGARES SÍ A LA VIDA Y PRODEPORT, en las que aparecen documentos con su núcleo más cercano en los que comparten direcciones, teléfonos, miembros de junta directiva, equipos de trabajo, representantes legales etc. Muy solidario el esquema.
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La Concejala expresa, con preocupación, cómo personas vinculadas con esas fundaciones entran como contratistas a las entidades públicas, tanto distritales como locales. En el caso específico de María Rojas Guzmán que, haciendo parte de la junta directiva de una de las empresas del grupo, (FUNINDER) estaba vinculada a la Alcaldía de Santafé estructurando y evaluando proyectos al tiempo que esa empresa, FUNINDER, presentaba propuestas en procesos de selección de esa localidad.
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Lo que más me duele es encontrar cómo los recursos para la cultura en localidades como Engativá, están en manos de personas que NO tienen la formación ni la experiencia que dicen tener. En un proceso de contratación para prestar los servicios de realización de eventos recreativos, deportivos y culturales en la localidad, fue adjudicada a la de “Unión Temporal” de Carlos Alberto Pinzón Molina y PRODEPORT. Llama la atención la experiencia del coordinador del proyecto, Bárbara Johanna Castillo, quien presenta su experiencia con certificaciones de Pinzón como con PRODEPORT, los integrantes de la unión temporal oferente. El resto de experiencia lo certifica con FUNINDER, otra empresa del grupo de Pinzón.
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La concejala hace un llamado de atención a los alcaldes locales, a la secretaría de gobierno y a los organismos de control para que le pongan la lupa a la contratación en las alcaldías locales y tomen medidas. Este entramado y el modus operandi de este grupo lo conoce la administración desde hace dos años.
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